Yokai de la semana: Namahage
Namahage, なまはげ
Que significa: Literalmente, "revienta-ampollas".
Seudonimos: El hombre del saco
Género: Hombre y mujer
Estatura: Aproximadamente 6 pies (180 cm)
Peso: Desconocido; probablemente alrededor de 80 kg.
Locomoción: Bípedo
Características distintivas: Abrigo de paja "mino", Rostro demoníaco de piel roja brillante con cuernos y colmillos (machos) y piel verde azulada brillante (mujeres)
Armas ofensivas: Cuchillo de granja de hoja ancha o machete
Abundancia: prevalente
Distribución: Princilpamente en la prefectura de Akita, Norte de Japón.
Hábitat: Regiones alpinas nevadas
Los Namahage son criaturas de aspecto feroz con un disgusto patológico por los perezosos y mimados. Procedente de los confines nevados de la peninsula Oga, en Akita, norte de Japón. Toman su nombre del concepto de las ampollas que aparecen en los pies de las personas desaliñadas que se sientan frente a un hogar caliente durante demasiado tiempo cuando deberían estar trabajando. De hecho, Namahage es en realidad una contracción coloquial de las palabras namomi ("ampolla de fuego" en el dialecto regional) y hagu ("pelar"). A pesar de su rostro feroz y su inclinación por atormentar a los niños, los Namahage son vistos como precursores de buena fortuna, por lo que la amenaza de una visita por parte de ellos es un aliado lo suficientemente tradicional y folclórico como para conseguir que un niño descarriado regrese a sus quehaceres.
Aunque está categorizado como Yokai, el Namahage también puede verse como una subespecie de "demonios" japoneses llamados Oni. En lugar de ser simples "herramientas del mal" (como se describe en la creencia cristiana), los Oni son una personificación de las fuerzas invisibles, desconocidas y que causan miedo por que son muy poderosas. De hecho, la palabra "oni" puede ser sinónimo de "fuerte" o "malvado". La representación estereotipada de un oni es de un humanoide musculoso con piel verde, roja o azul y cuernos en la cabeza, vestido con un taparrabos atigrado. Los Namahage están esencialmente reestructurados a la imagen de los agricultores, vestidos con abrigos de paja para la nieve y portando implementos agrícolas como machetes y cubos.
La representación más típica de los Oni |
Si los Oni fallaban, dejarían a los ciudadanos en paz. Para no hacer el cuento largo, en el último minuto, los habitantes imitaban el canto de los gallos para convencer a los demonios de que abandonaran su trabajo en el penúltimo escalón, enviándolos de regreso a las montañas de una vez por todas. Sabiendo que su victoria fue basándose en el engaño, los habitantes del pueblo decidieron apaciguar a los demonios realizando un festival en el que pretendían dar la bienvenida a las criaturas a sus hogares un día al año y que persistent hasta el día de hoy como uno de los festivales más representativos del Norte de Japón.
¡Su ataque!
En el apogeo del invierno, los Namahage aparecen sin previo aviso en las casas que creen que albergan a personas perezosas, golpeando las puertas y exigiendo castigar a cualquier persona que se comporte mal. "¿Hay niños llorones aquí? " ellos braman. "¿Alguien que sea bueno para nada? ¿Algún niño que se niega a obedecer a sus padres?" Los muy jóvenes son disculpados con un simple regaño, pero los sospechosos mayores se enfrentan a un destino más doloroso. Cuando los Namahage encuentran a alguien que ha estado disfrutando del calor del fuego durante demasiado tiempo, sienten un gran placer al sujetar a sus víctimas y quitarles las ampollas de las plantas de los pies.
Sobrevivir a un encuentro:
¿Qué haces leyendo este blog? ¡Levanta tus perezosos huesos del frente de tu dispositivo y vuelve al trabajo!. Hablando con toda seriedad, existe un método recomendado para apaciguar a un Namahage enfurecido. Cuando aparecen en una casa, el padre de familia debe asegurarles que sus hijos se portan bien, y también proporcionarles refrigerios en forma de tazas de sake caliente. Ser un Yokai temible a menudo tiene sus privilegios.
Si se trata adecuadamente con este tipo de hospitalidad, Los Namahage se marcha sin causar ningún daño, y promete bendecir a la familia y al hogar con buena fortuna en el nuevo año.
Otros detalles
En las celebraciones de Año Nuevo en el área, los lugareños se visten con disfraces para representar el alboroto del Namahage, golpeando puertas y amenazando con castigar a los niños descarriados. Aunque estas celebraciones no están abiertas a los turistas, los interesados pueden experimentar una versión pública en el Festival Sedo, que se realiza cada febrero en un santuario de la ciudad de Oga.
Esta es solo una observación personal pero por alguna razón cuando veo a este Yokai lo primero que me viene a la mente son los Tusken Riders de Star Wars, pero como dije, esa solo mi impresión personal.
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